La princesa que quería volar

En una pequeña ciudad de los países escandinavos vivía una princesa que deseaba salir volando hacia el cielo. Había oído hablar de criaturas escondidas entre los árboles y en las profundidades del mar, que nadaban bajo las aguas a velocidades increíbles, así que ella también quiso saber cómo sería volar. Llevada por su curiosidad, decidió emprender un viaje en el que descubriría los misterios del cielo. La princesa vivía sola en su castillo en el corazón de su reino. Era muy hermosa, y todos la conocían y la querían. Ella tenía un deseo: querer volar. Ella pensaba que si pudiera volar ella sería libre y no estaría atada a su reino. Ella veía a las aves volando libremente cada día, y deseaba tener la libertad que las aves tenían.

Un día, la princesa tomó la decisión de intentar volar. Ella fue a la biblioteca del castillo y leyó todos los libros que pudo sobre vuelo. Después de estudiar profundamente durante varios días, finalmente ella creyó que había descubierto la clave para poder volar: ella necesitaba conseguir un traje especial hecho de plumas que haría su vuelo posible.

La princesa se dirigió entonces a los mejores artesanos para que le hicieran su traje con plumas. Ellos reunieron todos los materiales y comenzaron a trabajar, hasta que por fin el traje estaba listo. La princesa estaba encantada con la obra de los artesanos y se probó el traje con gran emoción.

Luego, la princesa se dirigió al campo cercano al castillo, decidida a probar su traje. Cada vez que el aire le acariciaba el rostro sentía una gran alegría y esperanza, y en su interior sentía que iba a conseguir volar. Subió a lo alto de una colina desde donde podía ver todo su reino, inspirándose en la belleza de la naturaleza.

Luego de hacer una profunda respiración, la princesa saltó y comenzó a revolotear por el cielo. El viento acariciaba sus plumas de una forma preciosa. Mirando hacia abajo, ella veía todos sus súbditos adorándola y celebrando su belleza. Ella era como un ángel que podía volar libremente.

Una vez que hubo hecho algunas vueltas sobre el reino, la princesa regresó al castillo. Sin embargo, esta vez no fue caminando por el camino de siempre, sino volando a través del cielo. Cuando llegó a la entrada del castillo, todos los guardias la aclamaron y la saludaron con reverencia. La princesa sonrió con orgullo por poder volar por primera vez.

Durante las semanas y meses siguientes, la princesa continuó volando muchas veces. Aprovechando su nuevo poder, ella comenzó a visitar a personas de todas partes del reino, ofreciendo su amistad y cuidados a sus súbditos. Con el tiempo se había convertido en una princesa muy famosa y respetada.

Cada día que pasaba, la princesa se sentía más libre. Algunos días volaría hasta el amanecer y otros hasta el atardecer. Era como una niña con un sueño de poder volar, y su felicidad era tremenda.

La princesa viajó por el reino por mucho tiempo. Poco a poco comenzó a sentirse más cerca de su gente y su reino, y sintió que tener alas había mejorado su vida y su amor por su tierra y su gente.

Desde entonces, la leyenda de la princesa que podía volar se esparció por todas partes del reino. Siempre que la princesa se acercaba a algún lugar al cielo, todos los habitantes salían a saludarla y a admirar tan hermosa torre que volaba. La princesa se había convertido en una leyenda y a todos les encantaba. La princesa consiguió su deseo y voló. Fue un momento mágico como nunca antes había experimentado. El viento se llevaba su cabello y su sonrisa colorida iluminó el cielo. Con esto, el mundo entendió que el incluso los sueños más imposibles, con determinación y valentía, pueden hacerse realidad.