La princesa y el jardín de los deseos

Había una vez una preciosa princesa que admiraba el encanto del jardín que se extendía a sus pies. El jardín parecía extenderse eternamente y sus flores radiantes eran la prueba de la magia que contenía. La princesa se dio cuenta pronto de que no era un jardín corriente: era un jardín de deseos que contenía los anhelos más secretos de la princesa. Sobre aquellos carpinteros de fuego, se contaban que aquel jardín concedía los deseos más inalcanzables… En una hermosa ciudad, había un castillo que muy pocas veces veía la luz del sol. El castillo era el orgullo de la ciudad, un lugar lleno de magia y misterio, adornado con piedras preciosas y adornos únicos.

En el interior del castillo vivía una princesa llamada Isabella. La princesa era muy hermosa, y su cabello brillante se extendía sobre sus hombros, como una cascada de oro. Siempre vestida con ropajes de los mejores tejidos, Isabella era una fuente de encanto para los aldeanos y todos los que en algún momento llegaban a la ciudad.

Sin embargo, la princesa tenía un secreto: algunas veces, durante la noche, ella salía sin que nadie la viera y caminaba hasta un jardín desconocido.

Este jardín se llamaba el “Jardín de los deseos”, un lugar mágico donde la princesa se sentía segura y cómoda. El jardín estaba lleno de hermosas flores y aromas. La princesa siempre se deleitaba disfrutando de la tranquilidad del lugar.

En el centro del jardín, había un pozo mágico. Cuentan las leyendas que, si alguien miraba en su profundidad, podrían ver una visión de su futuro.

La princesa había oído hablar de este pozo mágico, y con un poco de miedo pero también fascinación, ella decidió mirar.

En el pozo, vio una imagen de alguien a quien luego en su futuro encontraría. Esta persona la llevaría a una tierra de colores y felicidad.

Todas las noches, la princesa volvería al jardín de los deseos para mirar su futuro y prepararse para el día en que su sueño se cumpliera.

Y así fue, como un día conoció al príncipe par el cual se había prevenido. El príncipe era tan hermoso como el jardín, y hizo que la princesa se enamorara al instante.

La princesa le contó al príncipe lo del jardín de los deseos, y le mostró el pozo mágico. El príncipe también miró en el pozo, y vio una imagen de un feliz futuro juntos.

Para sellar su amor y compromiso, el príncipe le regaló a la princesa una hermosa llave. Esta era la llave del jardín de los deseos, que ella guardaría siempre con su amor.

Ahora eran felices, y siguieron su amor al recorrer juntos este mundo y el otro. Los aldeanos, al ver los reflejos de su amor, comenzaron a llamar a la princesa “la princesa del Jardín de los deseos”.

Dicen que cuando la princesa muere, la llave volverá a la tierra de colores y felicidad, donde todos aquellos que la deseen podrán encontrar el mismo amor que la princesa encontró en el jardín de los deseos. Al cabo de tiempo, la princesa logró alcanzar todos los deseos de su corazón, gracias al jardín de los deseos. Y desde ese día, los secretos e historias de La princesa y el jardín de los deseos se convirtieron en una antigua leyenda que se contará para siempre.