La princesa y el rey de los dragones

En el reino más lejano, el reino de Nerovia, existía una pintoresca y hermosa tierra. Las colinas ondulantes desprendían una magia y un encanto como nunca antes se había visto. Allí viviían el bravo rey y su bellísima princesa, ambos con el mismo anhelo de proteger a su gente y a su reino. Las tierras de Nerovia estaban habitadas por una especie increíble: los dragones. Estos raros seres voladores eran venerados por los habitantes de las tierras, quienes sabían que la fuerza y la sabiduría de los dragones les ayudarían a protegerse del peligro. Esta era la historia de la princesa y el rey de los dragones. Había una vez una hermosa princesa llamada Reina. Ella era muy inteligente y decidida con un gusto por la aventura. Vivía en un castillo junto al mar, protegida por sus padres, el rey y la reina.

Un día, hacia el atardecer, la princesa salió a dar un paseo sobre la playa. Las ondas del mar rodeaban sus pies mientras su cabello brillaba en el sol.

De repente, vio algo nadando hacia la orilla. Era un dragón, un dragón enorme. Tenía una piel escamosa con una cola larga y alas. Lo primero que Reina hizo fue dar un paso atrás, pero sus pies no se moverían.

El dragón se acercó y le preguntó a la princesa:

“¿Eres la princesa Reina? Soy el rey de los dragones”.

Reina se sorprendió de una criatura como él pudiera saber su nombre. Él sonrió y le dijo que él y los otros dragones habían estado vigilando el castillo durante años, esperando el momento adecuado para hablar con ella.

El Dragón le pidió a la princesa que formara una alianza con los dragones. Le dijo que desde hace mucho tiempo los dragones han protegido el reino, y ahora deseaban recibir algo a cambio.

La princesa Reina aceptó la alianza. Ella dijo que protegería el reino de los dragones como ellos lo han hecho con el suyo. Y así, el dragón le entregó un anillo con el símbolo sagrado de los dragones.

Desde entonces, la princesa y el rey de los dragones estuvieron unidos por un profundo lazo de amistad. Los dragones ayudaron a la princesa y su reino a prosperar, y la princesa los ayudó a vencer a sus enemigos.

Juntos, la princesa y el rey de los dragones demostraron que se puede lograr mucho con la amistad. La alianza que formaron fue un gran ejemplo de cómo el poder de la amistad puede superar cualquier cosa. Y así, sus vidas se unieron con un amor eterno. La princesa y el rey de los dragones. Siempre se recordarán el uno al otro, incluso una va y vuelve de la Tierra del Dragón Cada noche, cuando la luna alumina el cielo, la princesa mira a los cielos y recuerda la bella historia de su amor.