Descubre la mágica historia de la princesa y el árbol mágico, que ofrece un viaje a lo desconocido. Cuando la princesa se acerca al árbol encanta allí, nota una sensación de misterio y de aventura. ¿Qué secretos guarda el árbol mágico? ¿Cómo afectará su magia a la princesa? Un toque de hadas, magia y encanto nos aguarda en esta encantadora historia. Un día, en un antiguo reino, vivía una hermosa princesa. Esta princesa solía pasear por los bosques y praderas de su reino, disfrutando de la belleza de la naturaleza.
Un día, ella en su paseo observó un viejo árbol. Estaba rodeado por una misteriosa neblina y en su tronco había una extraña marca. Intrigada, la princesa se acercó al árbol para ver la señal. Al inclinarse para verlo mejor, una voz salió de detrás de ella.
“¡Alto!” gritó la voz. Al mirar a su alrededor, vio a una vieja bruja mirándolos con ojos penetrantes.
“Yo soy el guardián de este árbol mágico”, le dijo. “Pero sólo los que tienen buenas intenciones pueden acercarse a él”.
La princesa se disculpó y la bruja le contó la historia del árbol. Cada vez que alguien se acerca a él con la intención de hacer el bien, el árbol concede un deseo. La princesa se sorprendió al escuchar esta historia y le preguntó a la bruja cómo podía probar su lealtad al árbol.
La bruja le explicó que tenía que pasar una prueba. Debía caminar alrededor del árbol tres veces mientras contaba la historia que ella le había contado. Si lo lograba, el árbol le concedería un deseo.
La princesa aceptó la prueba y la bruja se marchó dejándola sola. La princesa comenzó a caminar alrededor del árbol recitando la historia de la bruja.
Mientras caminaba, escuchó una voz susurrando palabras mágicas. La princesa sintió que todos los miedos y preocupaciones desaparecían mientras el árbol le entregaba su bendición. Finalmente, la princesa se detuvo delante del árbol. Había decidido que su deseo sería que todos sus habitantes pudieran vivir felices y satisfechos.
Al terminar de formular este deseo, la princesa se dio cuenta de una extraña alegría que la inundaba. Era como si el árbol le hubiera otorgado su deseo antes de que ella tuviera la oportunidad de pronunciarlo.
La princesa regresó al castillo en compañía de los animales que habían estado a su lado durante todo el ritual. Al llegar, comprobó que los campesinos del reino estaban felices y satisfechos por los cambios mágicos que habían tenido lugar.
A partir de ese día, la gente de aquel reino siempre recordó la historia de la princesa y el árbol mágico, contándola de generación en generación como una historia de magia y esperanza. Una vez que La princesa había aprendido la lección que el árbol mágico trataba de enseñarle, decidió regresar a su aldea con una nueva perspectiva sobre la vida. De ahí en adelante, su aldea se benefició de la creencia de La princesa de que todos los milagros vienen de la gratitud y el respeto a la naturaleza. Su encuentro con el árbol mágico había cambiado su mundo para siempre.