La princesa de las mil lunas

La historia de La princesa de las mil lunas es un cuento antiguo de antaño y aún tan vivo como siempre. Sus leyendas y misterios son un tesoro sin fin, y su encanto y magia nos seguirá cautivando para siempre. Esta princesa viajó a través de tiempo y espacio para tocar los corazones de muchos con su presencia y su mirada, y nosotros somos testigos de su llegada. Nacer bajo los efectos mágicos del eclipse lunar fue un signo inmejorable para Nuara; la única hija del rey de Shabac. A lo largo de los años, la muchacha fue advertida acerca de los poderes que se ocultaban dentro de ella y las habilidades que sólo se verían hasta su vecindad con la magia.

Llegada la noche de su decimosexto cumpleaños, Nuara tuvo una inesperada visita, y un regalo. El misterioso visitante, sin decir palabra, le entregó una antigua espada tallada en plata y topacio.

Al desenfundar la arma, Nuara escuchó un suave canto que la cercaba como una nube de esperanza; una voz habló directamente a su alma.

Fue el espíritu del antiguo reino de Shabac, invocador de los dones mágicos de cada uno de los principales de los cuatro elementos. El ser místico le otorgó la sabiduría de la tierra, el poder del fuego, la fuerza del aire y el orden del agua.

Después de proclamar su tez y su título, el encantador anciano le dijo a Nuara: “Ahora eres la princesa de las mil lunas, mi buena señora. Tu destino es traer armonía entre los mundos de la magia y la ciencia. Debes utilizar tu conocimiento y tu habilidad para proteger los cuatro reinos, mientras encontramos una forma de unirnos una vez más.

Y así, procedían las noches en las que Nuara se reuniría con la luna para dragar el poder mágico interior. A partir de ese momento, la joven tenía el deber de cumplir su destino: proteger los cuatro reinos.

Durante los años, la princesa utilizó sus habilidades increíbles para mantener el orden. A lo largo de su trabajo, mejoró el bienestar de los habitantes de Shabac y restauró la antigua ciudadela de su reino.

Y, cuando todas sus economías estaban en su lugar, los cuatro elementos se unieron y les dieron la bienvenida como uno.

Ahora, las mil lunas sobre Shabac resplandecen cada noche, como una muestra de gratitud a la princesa que salió al rescate de un mundo perdido y trajo de vuelta la armonía entre el mundo de la magia y el de la ciencia.

Con la ayuda de los cuatro elementos a su lado, enseñan a sus ciudadanos a valorar y aprovechar la magia y los saludos de la noche son enviados por las lunas a los cuatro reinos, recordando la leyenda de la princesa de las mil lunas que una vez salió con valor para devolver la paz al mundo. Al fin, la reina vio elevarse la llegada de la princesa de las mil lunas a un puesto de honor en la corte de su reino. La joven princesa se había convertido en una verdadera heredera no sólo del trono y la riqueza, sino también de coraje y determinación, cosas que nunca se pueden pasar por alto. Con el tiempo, la princesa de las mil lunas se convertiría en una leyenda, contada en lenguajes de cada cultura; un estandarte de esperanza para quienes no temen a la diversidad.