El partido de la lluvia

El partido de la lluvia era la mayor prueba de dificultad y coraje que los jóvenes jugadores de fútbol han podido afrontar en mucho tiempo. Un partido que se jugaría bajo la constante caída de agua, un partido con pocas esperanzas de victoria y el reto de seguir luchando hasta el fin, un partido que definiría el carácter de aquellos jugadores. ¡Es hora de jugar! .

María y Mauricio eran dos niños que les encantaba el football. Jugaban al partido al menos una vez por semana junto con sus demás amigos.

Uno de los días cuando iban a reunirse para el partido empezó a llover torrencialmente. Nadie podía creerlo. Los niños estaban desanimados por la lluvia, sin entender qué hacer, porque el partido el cielo gris, el viento frío y la lluvia torrencial no lo permitían.

Mientras, María y Mauricio miraban tristes la lluvia afuera del colegio, pero entonces María tuvo una idea. “¿Y si jugamos al fútbol dentro del colegio?”, le preguntó a Mauricio, mientras sonreía nerviosamente.

Mauricio se iluminó. “¡Por supuesto! Vamos a jugar dentro del colegio a pesar de la lluvia,” dijo con entusiasmo.

Los niños preguntaron permiso al director del colegio y él, les dio luz verde para jugar dentro.

Todos se reunieron en la sala de clase con la entusiasta intención de jugar a la pelota. Los niños reían, saltaban y jugaban como siempre. El alegre juego los mantuvo ocupados durante horas hasta que, por fin, el agua de la lluvia pasó y pudieron jugar en el campo.

Cuando llegó el final del partido, se dieron cuenta que sí se puede combatir la tristeza de la lluvia con el buen espíritu y el entusiasmo que caracterizan a los nuevos amigos de fútbol.

Y así, María y Mauricio demostraron que aún en los días tristes, se pueden encontrar maneras divertidas para vivir alegres. Después de jugar horas y horas al fútbol bajo la lluvia, el partido de la lluvia por fin se puso en marcha. Los niños sonrieron cuando las últimas gotas de agua salpicaron el suelo. Y aunque sus uniformes estuvieron mojados hasta el final del juego, también muy divertidos. Se fueron a casa y volvieron a contar la historia de cómo habían jugado al fútbol durante la lluvia, y de cómo habían derrotado al equipo contrario. Es una historia que será recordada durante mucho tiempo. ¡Suerte en el futuro, chicos!