El gol de la justicia

En el cielo encapotado de una soleada mañana, los niños corrían en el patio del colegio con sus zapatillas centelleando bajo los rayos del sol. Se formó un equipo y empezaron a jugar fútbol al sonido del silbido del entrenador. Una chica con cabello castaño se dirigió hacia la pelota y con una puntería perfecta, la mandó directo al aro de la portería. ¡Gol de la justicia! ¡Un milagroso tiro que trajo felicidad y alegría a todos los niños! El Gol de la justicia”

A Juan le encantaba jugar al fútbol, parecía haber nacido para eso. Él era muy habilidoso y todos los que lo veían se quedaban asombrados por las increíbles habilidades que tenía. Debido a eso, siempre que se organizaba un partido se le nombraba como capitán.

Un día, al término del partido, los chicos estaban contabilizando los goles que habían anotado cada uno, pero algo no cuadraba; habían goles que no se encontraban en los registros. La situación estaba siendo muy difícil de mediar, las discusiones se habían vuelto muy encendidas.

En ese momento, Juan se adelantó y dijo: “No importa quién haya convertido estos goles. Estos goles no son los que definen al verdadero ganador. Lo que importa aquí es que todos nosotros hayamos podido jugar juntos, divertirnos y, sobre todo, que hayamos aprendido la lección de la justicia “.

Los chicos se quedaron sorprendidos por la sabiduría de Juan, se dieron cuenta de que no solo habían aprendido un deporte, sino también el valor de la justicia. Entre todos, acordaron que el próximo partido empezaría con el “Gol de la justicia”, un gol para recordar la lección que aprendieron aquel día.

Desde entonces, toda vez que se organizaba un partido se convertía el primer gol en el “Gol de la justicia”. Finalmente, el “Gol de la justicia” simbolizó mucho más que solo un juego de fútbol; se convirtió en el símbolo de la amistad, la igualdad y el respeto, valores que los chicos conservaban siempre. ¡El gol de la justicia marcó el día y será recordado por los niños por mucho tiempo! Aprendemos que el trabajo en equipo puede realmente ser una poderosa fuerza para el bien. ¡Así es como hacemos justicia en el terreno de juego!