El balón mágico de la lluvia

Una vez años antes, cuando el cielo contaba aún historias a la tierra, había una vez un balón mágico azulado que llegaba cada vez que el cielo se avergonzaba y llovía. Llamado “El balón mágico de la lluvia”, este peculiar balón tomaba la lluvia y volvía a la tierra convertida en un objeto mágico que ayudaba a los niños a jugar el mejor juego del mundo, el fútbol. .

Había una vez, un chico de nombre José, a quien le encantaba jugar al fútbol. Todos los fines de semana se reunía con sus amigos en el parque para organizar un partido.

Una tarde, estaban jugando al fútbol cuando una gran lluvia comenzó a caer. Por supuesto, los niños salieron corriendo para buscar un techo y abrigarse, dejando solos a José y al balón.

Todos se fueron corriendo, pero en algún momento de la lluvia, José se dio cuenta de que el balón flotaba como si estuviera hecho de aire. Él pensó que era simplemente un milagro y dio risa.

Después de un rato, José intentó agarrar el balón para ver lo que pasaba. Entonces, un relámpago cayó y todos los niños volvieron para ver que pasaba. La lluvia había dejado de caer, el sol había regresado, y en las manos de José estaba el balón mágico.

Este balón, estaba brillando con tanta magia que todos quedaron asombrados. Los niños se reunieron alrededor y contaron cómo el relámpago hizo que el balón flotara.

Todos aplaudieron a José por sus descubrimientos, y prometieron devolverle el balón cuando saliera el sol. Cuando el sol fue definitivamente, todos se despidieron con un deseo de seguir jugando con el balón mágico de la lluvia.

Esta historia nos enseña que un sorpresa interesante puede venir en medio del mal tiempo. Incluso en la penumbra, el sol siempre brilla. Y el poder de la amistad, puede dar el mejor regalo. El balón mágico de la lluvia quedó a disposición de todos los niños para divertirse y sonreír. Ellos disfrutaron del partido, haciendo goles y demostrando su destreza en el campo. La lluvía se había convertido en la mejor compañera de juego para los niños, pero el balón mágico de la lluvia los había puesto en una situación de aprendizaje y diversión que no se olvidarían nunca. ¡A jugar!